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Poeta de cuerpo entero

María del Mar Obando Boza

mar@abecedariaeditoras.com 

Boceto de cuerpo entero es el título del primer poemario de la artista y comunicadora visual Melissa Valverde Gamboa. Aunque la publicación no le es ajena ya que sus poemas han ocupado espacios en revistas nacionales e internacionales y actualmente forma parte de Jícaras, una colectiva de jóvenes mujeres poetas. Sin embargo, este es su primer paso de las antologías al trabajo individual en un hermoso libro que cuenta con la ilustración de la talentosa Laura Astorga Monestel como portada. 

Para celebrar su opera prima les compartimos una entrevista realizada a “esta joven insumisa” como la llamó Mia Gallegos al conocer y prologar su primer libro. 

Muchas de las personas que escriben mencionan algo que les fascinó de las palabras: su sonido, la pluralidad de significados, la capacidad creadora que poseen… ¿Qué fue lo que te acercó a ellas, lo que te llevó a utilizarlas para volverlas poesía?

Para mí la palabra es una herramienta. He recurrido a ella porque me da la libertad de construir imágenes y escenarios sobre lo que siento o he vivido desde un lugar muy diferente al de las artes visuales, lo que implica un reto para mí.  Creo que la poesía siempre crea un espacio entre la persona que escribe y la que lee que puede ser interpretado de distintas formas y eso me parece muy valioso. También, se vuelve muy personal y me gusta que me lleve al límite, porque me siento sumamente vulnerable cuando la comparto. 

Carmen Lyra le dijo a Joaquín Gutiérrez que escribir consiste en observar lo que nadie más ve, ¿cuáles temas o motivos has vuelto visibles en tu poesía?

Más allá de creer que estoy visibilizando algo que no se haya visto, creo que la principal apuesta al publicar es mostrarle a las demás personas mi visión específica de esos temas que ya todas conocen y han experimentado de una forma u otra. Decidir exponerse y vulnerabilizarse al escribir es una cuestión que me ha tomado cierta preparación, madurez y me ha ayudado a ver cosas que no había observado dentro de mí. 

Isaac Felipe Azofeifa recomendaba esperar a cumplir 30 años para publicar y es común escuchar en los círculos literarios que “no todos son Rimbaud” como una forma de menospreciar el talento de los jóvenes. Actualmente tenés veinticinco y das a conocer tu primer libro, ¿alguna vez te encontraste con estos discursos o tu camino a la escritura estuvo libre de estas opiniones?

Creo que no, porque he intentado mantenerme lejos de los círculos literarios principalmente porque sé que suelen ser adultocentristas y machistas. 

Este libro es un producto inacabado, una obra en constante crecimiento y expansión al igual que mis experiencias y cuerpo, por eso lo llame boceto, pienso que siempre estamos aprendiendo y mejorando. También creo que la publicación nunca es el fin último de la escritura, es solo una parte del proceso. 

¿Qué edad tenías cuando comenzaste a escribir “Boceto de cuerpo entero”?

Algunos de los versos de estos poemas fueron escritos cuando tenía dieciocho, pero el libro contiene textos de todos estos años y hasta de la actualidad. Con el tiempo he ido recolectando y modificando mis escritos. Me sorprende que todos estos poemas hayan logrado convivir en un mismo cuerpo y que conformaran un libro, porque he cambiado mucho en este tiempo. Me tocó darle un sentido y una coherencia al poemario, que respondiera a la forma en que me siento ahora después de años y estar cómoda con lo que había escrito y vivido en esos momentos que traté de recordar a través de la poesía. 

Como bien señala Mia Gallegos en el prólogo, este es un poemario de rebeldías: la maternidad, las exigencias hacia el comportamiento de las mujeres, la forma de asumir la vida, son vistas con recelo y muchas dudas. ¿Cuál fue tu primera transgresión?  

Considero que mi primera transgresión fue cuando decidí que el arte formara parte de mi vida, pero no como un pasatiempo, sino como mi profesión. 

Cuando era niña yo jugaba a ser artista: dibujaba, hacía coreografías, inventaba escenarios en el patio de mi casa y cuando fui creciendo esta idea nunca murió, solo fue madurando y tomando forma. Durante el colegio leí muchos libros. Siempre fui dedicada y estudiosa de lo que sabía iba a alimentar mis sueños. Un día le dije a mis papás que quería estudiar artes visuales y, a pesar de que la idea sonaba muy loca porque implicaba mandarme a estudiar lejos de casa además de apoyarme emocional y económicamente para llevar una carrera que en las periferias no se ve como una profesión “real”, decidieron decir que sí. 

Entonces creo que mi primera transgresión sigue siendo la misma que tengo ahora y ha sido tener la valentía de defender mi placer, de hacer las cosas porque las disfruto y creo merecerlas. Encontré en el arte una forma de defender ese deseo que nació cuando era niña. 

¿Leer tuvo alguna relación con tus transgresiones?

Cuestionarme y crear a partir de lo que leo me ha permitido conocer realidades distintas. Sobre todo me ha permitido ver la amplitud que tiene la literatura, las infinitas posibilidades estéticas y formales que tengo para seguir creando desde ella. Leer nos acerca a formas diferentes de comprender la vida desde la mirada de otras personas, pero también nos vuelve empáticas con nuestros propios procesos y sentires. Entonces me parece que leer también puede ser una forma de transgresión, porque nos invita a vernos hacia dentro.

¿Qué libros te enseñaron o te hicieron desear escribir?

Cuando estaba en el colegio me intrigaba muchísimo estimular lo suficiente mi imaginación para crear escenarios e historias como la de Cumbres Borrascosas o Pedro Páramo, siempre me gustó el tema de la familia y la muerte. Con el tiempo comencé a leer más poesía, me gustaba el estilo de Rosario Castellanos y Wislawa Szymborska. Últimamente me gusta más leer cuentos o relatos cortos, me entretienen los libros de Camila Sosa Villada o Mariana Enríquez, estos también marcan mis ganas de escribir narrativa actualmente, porque muestran realidades latinoamericanas y mucha riqueza de imágenes que se construyen desde las disidencias. 

Además de la poesía, ¿qué otro género te atrae?

El cuento. Me parece muy interesante quedarse con una idea y desarrollarla de muchas formas para narrar una historia. Me gusta que, a diferencia de la poesía, los personajes tienen la oportunidad de elaborarse, y con descripciones profundas capturan a quien lee, lo suficiente como para que llegue hasta el final.  

Y para terminar, ¿qué palabra inexistente agregarías al diccionario?

No sé, depende del diccionario. Si es el de la Real Academia Española, creo que me gustaría que eliminaran todas las definiciones machistas y las que atacan a diferentes poblaciones. 

Si es en mi propio diccionario o en el de jerga popular, creo que todos los días invento palabras para definir cosas que me pasan y de alguna manera mis amigas las entienden. El lenguaje es sumamente cambiante y también puede ir siendo  construido por y para nosotras. 

La presentación de este libro se llevará a cabo el próximo sábado 30 de julio en el espacio Central Cine de Barrio Escalante a las 6:00 p.m.

La presentación será una exposición poética donde se compartirá desde el performance, algunos de los poemas del libro y contará con la participación las poetas Carolina Campos, Silvia Elena, Susana Alvarado y Roberto Acuña. 

Si tiene interés en participar estamos solicitando llenar el siguiente formulario: https://forms.gle/rNbLV2zwVXskZsqP8, con el fin de garantizar una mejor actividad para todas las personas participantes. 

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